domingo, 26 de julio de 2009

LaRondeña

Es un fandango local, típico de la localidad malagueña de Ronda. Se le considera como el más viejo fandango conocido y cantado actualmente. Según Faustino Núñez, las rondeñas pertenecieron al cancionero popular andaluz antes de aflamencarse definitivamente.

Su nombre no tiene nada que ver con los cantes de rondar, sino que proviene de su vinculación con la citada localidad malagueña. Su popularidad fue muy significativa durante la primera mitad del siglo XIX, siendo un cante muy citado por los viajeros extranjeros y nacionales de esa época.

Su difusión fue muy grande, hasta el punto de que se ha escrito que desde Jabalquinto a Aracena y desde Almeria a Tarifa, toda Andalucía cantó rondeñas.

La copla de la rondeña se compone de cuatro versos octosílabos, generalmente con rima consonante, que se convierten en cinco por repetición normalmente del segundo, o de cinco, sin necesidad de repetición de ninguno de ellos.

Domingo Manfredi Cano, en su "Geografía del cante jondo", nos retrata la rondeña: "Un fandango de los buenos, con sus cuatro versos y sus treinta y dos sílabas, adaptado al terreno y al carácter del campo de Ronda: eso es la rondeña. Es, para afinar más el parentesco, una malagueña que se canta precisamente en la tierra de Ronda. Hay una copla antiquísima que sirve de cartel de empadronamiento":

Las rondeñas malagueñas
cántamelas, primo mio,
que al son de las malagueñas
me voy quedando "dormío"...

Y continúa Manfredi Cano: "Es natural que la malagueña se transformase al dejar el litoral por la serranía, aunque todo sea uno y lo mismo, porque andaluces son los jabegotes de Torremolinos y los labriegos de Ronda; no puede un cante permanecer inalterable saltando de la orilla del mar a los caminos con presagios de bandoleros. Como el toreo, el cante de Ronda es un cante de machos, sin tercios apenados ni coplas dulzonas; está hecho para cantarlo desde sitios altos, desde peñas enormes que permiten a los hombres la satisfacción incomparable de asomarse al mundo, de ver el mundo a sus pies. La playa y la alta mar dan al hombre un sentido de la distancia, en relación con el llano inmenso que lo rodea; el horizonte es para el marinero y el pescador singular, uno, sin solución de continuidad, redondo, sin salida posible, como una cárcel, como un grillete gigantesco que sujeta las almas. Sin embargo, para el hombre de la serranía, el horizonte se multiplica, y tiene tantas salidas como caminos saltan las montañas... Esa diferencia es la misma que distingue una malagueña de una rondeña:

Rondeñas vienen cantando,
sobre la cama me siento,
porque, en oyendo rondeñas,
se me alegra el pensamiento...

Para Luque Navajas, y en esto coincide con Manfredi Cano, la rondeña es un fandango muy antiguo que se hace flamenco al cambiar el campo por la urbe. El mismo autor considera la rondeña como cante abandolao, en razón a la forma en que se acompaña con la guitarra. Incluso la considera una de las bandolás más floridas, tal como la conocemos hoy; sin embargo, en su primera fase o forma era menos recargada de melismas y algo más lenta.

Fernando el de Triana incluye a la rondeña en el repertorio habitual de Silverio Franconetti, y ello nos indica que en la época del cantaor sevillano este estilo gozaba de la atención de la élite del flamenco.

Según Ricardo Molina y Antonio Mairena la rondeña es el más viejo fandango conocido, y afirman: "Su fondo temático es muy amplio y en él predominan las letras camperas y descriptivas, de inspiración muchas veces literaria. En rigor, no puede hablarse de maestros especializados. Ya hemos dicho en otro sitio: todo el mundo las cantó y nadie fue cantaor". No obstante la opinión de estos autores, cantaores contenporáneos de élite han practicado este estilo, y realizado grabaciones para la historia del flamenco, entre ellos: Jacinto Almadén, Alfredo Arrebola, Rafael Romero, José Menese...

La rondeña es cante para bailar. Alfredo Arrebola, conocido cantaor e investigador flamenco, ha explicado el momento que la rondeña atraviesa como baile: "En la actualidad se baila la rondeña, pero con un aire que evoca al taranto, llamada rondeña por zambra, con lo cual los bailaores y bailaoras ofrecen un baile con la misma justeza que el taranto más abierto y más florido".

Pero donde la rondeña ha adquirido mayor calidad flamenca y más importancia artística ha sido en el toque de guitarra. Miguel Borrull padre creó su versión personal y fue Ramón Montoya el que engrandeció este estilo. Hizo de uno de sus solos una auténtica creación, que quedó grabada en disco, marcando la pauta a seguir por los concertistas posteriores. Manolo Sanlúcar ha destacado en este toque.

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