miércoles, 22 de julio de 2009

Anilla la Gitana (Anilla la de Ronda)



Nombre artistico de Ana Amaya Molina, también conocida como "Anilla la Gitana", nacida en Ronda, (Málaga), 1.855-1.933. Cantaora y guitarrista, por lo que acostumbraba a cantar acompañándose ella misma con su guitarra. En su tierra natal actuó en los cafés cantantes como, La Primera de Ronda, y El Pollo, donde se cuenta que conoció a D. Antonio Chacón, y a la cantaora rondeña Paca Aguilera, con los que volvió a coincidir, en 1.890, en el Café de Chinitas, de Málaga. Otras anécdotas en su vida que dan razón a sus valores artísticos, son los siguientes: Pastora Imperio en su primera actuación en el Teatro Español, de Ronda, solicitó insistentemente conocerla, regalándole una bata de cola; la Reina Victoria Eugenia, con motivo de una fiesta íntima para la familia real, en la que cantó Anilla la de Ronda, obsequió a la artista con un mantón de Manila; y Federico García Lorca la citó, entre otras figuras del cante, en su conferencia "Importancia Histórica y artística del primitivo cante andaluz llamado Cante Jondo", leída en Granada, en 1.922.
En 1.930, con setenta y cinco años, fue la figura más admirada de la semana Andaluza, en la Exposición de Barcelona, que tuvo lugar en el Pueblo Español de la ciudad condal, acaparando la atención de la prensa y del público, y cantando y bailando acompañada a la guitarra por Ramón Montoya.
Entre los muchos reportajes que con tal motivo le dedicaron, creyendo que contaba ochenta y ocho años, destaca el aparecido en ESTAMPA –24-6-1.930-, firmado por D. José Benavides, en el que se narran algunos de sus recuerdos, como su dedicación al contrabando en su mocedad, sus éxitos en los cafés cantantes sevillanos, entre ellos El Burrero, y el Siete Revueltas de Málaga, así como con el torero Lagartijo y con el general Contreras.
El periodista, que la denomina "la reina de los gitanos", reseña: "La casa donde vive Anita Amaya, en Ronda, es un lugar de peregrinación. El Juez, el Alcalde, el Boticario, el registrador, Damas de alta y baja alcurnia, todos desfilan por su vivienda, archivo de sabiduría popular.
Diariamente, desde Barcelona, se telegrafía al secretario del Ayuntamiento de Ronda, diciendo que la anciana gitana come bien, duerme poco y bebe mucho. También se telegrafía a los gitanos, que, impacientes ya, piden que regrese. Pero ella no quiere marcharse. Núñez de Prado, en su obra Cantaores Andaluces, le dedica un capítulo, en que glosa su cante por –Soleares y su vida "Esclava del amor", del que transcribimos el siguiente párrafo: "Ella siente el Arte como el corazón que más lo sienta, concibe la belleza como el cerebro constituido para concebirla mejor, siente las grandiosidades de ese arte, como el alma que con más intensidad pueda sentirlas, pero su corazón, su cerebro y su alma, absolutamente humanos, en toda la hermosa acepción de esta palabra, sólo ven en su arte un vehículo para enviar desde sus entrañas al infinito toda la expresión de su exquisita ternura, de sus ansias de goces, de sus sueños de amor, de su ambición de cariño, ambición que sea la primera y tal vez la sola finalidad de su vida, ambición que mueve todos sus actos y que impulsa los resortes de su organismo.
Eso es lo que la ha hecho más simpática aún mas que sus mismas cualidades para el cante, y a eso se debe, en primer término, los triunfos artísticos que ha logrado y los aplausos que ha obtenido. Otra importante glosa de su personalidad artística, la constituye el poema que le dedicó José Carlos de Luna, en su libro El Cristo de los Gitanos.




No es de extrañar la aparición del cante rondeño en nuestra tierra, marcada por el bandolerismo, el contrabando y los toros, el cante manera de expresión del pueblo fluyera por sus corazones y sus voces.

Aniya la Gitana o también llamada Aniya la e Ronda que nació en 1855 cantaba en los tablaos flamencos derrochando arte con los cantes rondeños; García Lorca la elogia en su conferencia sobre el cante jondo en Granada 1922 donde actuó Aniya con gran clamor, así como en la Semana Andaluza en Barcelona acompañada del guitarrista Enrique Montoya
Se dice que empezó la rondeña como cante de los bandoleros de la serranía y que se propagaron por toda Andalucía, la sierra llena de contrabandistas, mendigos, jugadores, además de enredarse en disputas y peleas también se reunían a modo de celebración cantando desde sus más profundos sentimientos siempre unido al paisaje de la serranía, con letras como: “Al Tajo me voy a tirar sino me das tu cariño o si insistes en negar que eres padre de mi niño”
También es cierto que este tipo de cante fue clasificado en serranillas como el principio de las rondeñas y serranas como la última evolución de las mismas, las serranas tienen bien definido su origen por ejemplo: “Por la sierra de Ronda vienen bajando las ovejitas blancas con contrabando. Porque en la sierra hasta las ovejitas contrabandean.”, y las livianas sin definir “Ventanas a la calla son peligrosas pa las madres que tienen niñas hermosas”.
Otro cante rondeño de fama es el construido por Cristóbal Palmero también llamado Tobalo el Polo del que recibe el nombre “polo” rondeño aficionado al cante 1770-1830, el polo es una soleá de cuatro versos o según los flamencos de cuatro tercios. Algunos afirman que el nacimiento del flamenco proviene del Tobalo rondeño y los cantes payos unidos a las tonás de el Tío Luis de la Juliana y de los cantes fragueros de el “Planeta” de Cádiz, que dan lugar a la cañá cuyo origen se le atribuye a un aguador rondeño: “Yo la traigo muy fresquita de la fuente de los caños y a la que la solicita no le falta en todo el año”” viva Ronda reina de los cielos”.
Se ha intentado atribuir el mérito a otras provincias andaluzas como cuna del flamenco pero son muchos los que han defendido a capa y espada que la caña dio lugar a la famosa soleá y que ambas son creaciones Rondeñas y su padre Tobalo el Polo.
Hasta el mismo Tragabuches cantaba “Una mujer fue la causa de mi perdición primera. No hay perdición de los hombres que de las mujeres no venga”
Otros divulgadores del cante rondeño son: el Lucerito, Paca Aguilera, el Posaero de fama nacional, el Niño de la Palma, y de especial renombre Aniya le Gitana o también llamada Aniya la e Ronda que nació en 1855 cantaba en los tablaos flamencos derrochando arte con los cantes rondeños; García Lorca la elogia en su conferencia sobre el cante jondo en Granada 1922 donde actuó Aniya con gran clamor, así como en la Semana Andaluza en Barcelona acompañada del guitarrista Enrique Montoya. Un ejemplo de un cante de Aniya dice así: “Estoy viviendo en el mundo con la esperanza perdía, no es menester que me entierren, porque estoy enterrá en via”
Hoy en día no tenemos representante dedicado al cante de las serranas exclusivamente pero no hay que olvidar lo que el flamenco le debe a Ronda.
Al igual que el cante la música que le acompaña es fundamental en el flamenco personajes importantes también a parido Ronda al respecto como Diego el del Gastor, nacido entre Arriate y Ronda artista señero de la guitarra flamenca y como no mencionar la quinta cuerda de la guitarra española añadida gracias al rondeño Vicente Espinel.

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